Descripción
Todos somos humanos y, como tales, todos lo hacemos lo mejor que sabemos en cada momento. Yo he cometido infinidad de errores en mi vida, créeme, pero, por alguna razón, he sabido ver y he sabido escuchar en los momentos más bajos y, después, he sabido equiparme, una vez más, con el coraje de encontrar mi Verdadero Propósito de Vida. La vida es efímera y no debemos permitir convertirnos en marionetas de la vulgaridad más cobarde.
Hace 4 años, sin un duro, sin cuidarme nada, decidí escribir a una empresa de Coaching cuyo anuncio atrajo mi consciencia plena. Ni que decir tiene que las tarifas me eran inalcanzables, pero con la mayor determinación y vulnerabilidad les escribí proponiéndoles que si me dejaban pagarlo a plazos me suscribiría encantado, porque requería urgentemente transformar mi vida y para ello debía invertir, porque la inversión económica y el compromiso siempre van de la mano.
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